En 1780, diez códices, heterogéneos en cuanto a su contenido y ejecución, fechados en los siglos XII y XIII y decorados con iniciales y miniaturas, se incorporaron a los fondos de la biblioteca (Mss. nº 118, 372, 463, 464, 1077, 1078, 1089, 1090, 1091, 1093). Estos libros también están atestiguados unos años antes en la abadía cisterciense de la Charité, cerca de Besançon, donde aparecen en un inventario elaborado antes de 1757. Pero en uno de estos manuscritos hay también una anotación que atestigua su compra en el mercado de París en 1466, su procedencia de una biblioteca -cuyo nombre no es legible- y la importancia de la colección.
La relevancia de toda la colección para una casa templaria, probablemente francesa, la sugiere una nota a pie de página de una Biblia, añadida en el siglo XIV, que contiene unos versos que recuerdan el arresto de los templarios, ocurrido el día en que se veneraba la cruz, vinculando así el sufrimiento de los caballeros con la Pasión de Cristo. Una composición tan empática sobre los templarios debió de escapar a algún tipo de censura en este códice, mientras que en algunos de los otros volúmenes hay rastros de abrasiones o cortes en el pergamino, probablemente hechos para cancelar atestaciones similares.
